COVID-19 ha cambiado fundamentalmente la forma en que las personas viven en el mundo. La mitad de la población mundial ahora está aislada dentro de sus hogares. A comienzos de junio, América Latina comenzó a ver un alza sostenida en la curva de contagio y pasó a ser el epicentro del mundo. Los teléfonos inteligentes, las redes sociales y las diferentes tecnologías de comunicación ahora juegan un papel vital en la superación de esta pandemia. Aunque estamos aislados, el cambio en nuestro sistema de comunicación dado por la posibilidad de acceder a internet nos permite permanecer conectados. Si bien no podemos socializar en las oficinas o juntarnos con los amigos y colegas en los bares, la gente está usando aplicaciones de comunicación en línea para organizar pequeñas fiestas virtuales, transmisiones de DJ en vivo y hasta ver películas al mismo tiempo y comentarlas entre dos personas que se encuentran en espacios separados. Antes de la pandemia, era una necesidad para todos ir a la oficina, pero hoy estamos viviendo una nueva normalidad desde nuestros hogares, acelerando el futuro del trabajo.
Las empresas globales hoy funcionan sin que ninguna persona de sus equipos viaje físicamente a la oficina, o a visitar clientes o proveedores. Esto nos lleva a evaluar la imposición del teletrabajo después del Covid-19, una implantación que requiere una evolución y cambio de cultura. Si bien algunos negocios físicos están disminuyendo con esta nueva normalidad, como la industria de viajes, entretención en vivo, educación, gastronomía, y deportes, en algunos mercados los arriendos de bienes raíces semanales/mensuales están creciendo debido al aumento en la demanda de personas que tienen oficinas satelitales que no sean su hogar. Los niños aprenden a través de e-learning. Los unicornios regionales como Rappi (con sede en Colombia) y Corner Shop (con sede en Chile) están logrando captar la necesidad de las personas en cuarentena y solidificando sus modelos de negocio. El e-sports es la nueva forma de hacer ejercicio en el hogar, donde las personas ahora pueden ser atletas o fanáticos en línea.
La pandemia ha sido un acelerador para las diferentes industrias en términos de innovación, si bien el término “innovar” ha estado presente quizá no llegamos a soluciones diferenciales porque no nos habíamos visto en la necesidad de responder de manera ágil e inmediata al caos. La actual crisis no es más que una oportunidad para transformarnos y emprender una nueva forma de vida.
No es sólo la tecnología e innovación lo que han ayudado a la forma en que vivimos en esta pandemia, sino que también ha cambiado fundamentalmente la forma de impulsar la innovación. El brote anterior de SARS se convirtió en un momento crucial para que Alibaba pasara a ser el actual gigante de plataformas de comercio electrónico. Hace cinco años, Bill Gates dio una charla TED durante el brote del virus Ébola en África occidental donde dejó claro que el mundo necesitaba invertir en el sistema que protegía a los ciudadanos de este enemigo invisible en lugar de las armas nucleares. Esa advertencia de Gates no resonó lo suficientemente fuerte, ya que el mundo no estaba preparado para combatir COVID-19. Sin embargo, los aceleradores de todo el mundo están reuniendo innovadores y nuevas empresas que pueden ayudar a construir un nuevo ecosistema de aceleración. Incluso las conferencias y festivales ahora se están volviendo completamente en línea y nuevas plataformas de conferencias como Remo, están ofreciendo a las personas poder interactuar y virtualmente. Con la ayuda de innovadores, los gobiernos podrían mejorar el proceso de detección de casos de COVID-19 en aeropuertos o puntos de control de la ciudad. La tecnología y los datos podrían ayudar a rastrear las camas disponibles en los hospitales, en tiempo real en nuestros países.
Esta nueva realidad se volverá normal. La tecnología y la innovación completarán la brecha de distanciamiento social entre las personas. Las industrias afectadas negativamente pueden verse reemplazadas por industrias recién nacidas impulsadas por la innovación. La crisis finalmente trae cambio. Adoptar esta nueva normalidad sólo ayudará a innovar la forma en que todos vivimos. Un tiempo de crisis como el que vivimos actualmente nos va a permitir avanzar en términos de innovación en base a tres claves: Innovaciones que sean aceptadas por la sociedad como algo deseable, que sean simples y que sean justas.